Un grupo de ancianos, junto con sus familiares, denuncia la precariedad de sus propias residencias. "Las pobres chicas no dan abasto, son buenas, pero no tienen bastante gente para esto", asegura una mujer.

Según explica un hombre, en su centro hay 160 residentes, pero "con una enfermera no se puede atender a todo el mundo".

Insisten en que incluso sufren negligencias por culpa de la precariedad de los empleados: "Como hay poco personal, los van dejando como si fueran macutos, uno detrás de otro con las rodillas de las personas en fila, es vergonzoso".

La empresa que gestiona la residencia sólo dice que cumple lo exigido por la Comunidad de Madrid. Sin embargo, los ancianos sostienen que "sólo los que están dentro se entera de lo que pasa" y que "no hay derecho a que la Comunidad de Madrid adjudique a una empresa privada porque no ponen a la gente en los puestos que les corresponden".

La Comunidad de Madrid asegura que han hecho varias visitas y que la empresa cumple sus exigencias de personal.