Suceso

Una grabadora oculta en un oso de peluche lleva a juicio a dos profesoras por insultar a niños con síndrome de Down

Una de las niñas lo llevó a clase durante varios días, colgado en la cremallera de su mochila. Los niños afectados son siete menores.

Imagen de archivo de un oso de peluche

Imagen de archivo de un oso de peluchePixabay

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Dos profesoras de un colegio de Madrid se sentarán en el banquillo por insultar a sus alumnos con síndrome de Down, de entre 8 y 10 años. "Sois unos mierdas", "gilipollas", "atontados" o "babosos" son algunos de los insultos captados por una grabadora de audio que unos padres escondieron en el interior de un oso de peluche.

Una de las niñas lo llevó a clase durante varios días, colgado en la cremallera de su mochila. Los niños afectados son siete menores que, durante meses, escucharon varias vejaciones, según ha adelantado 'ABC'.

El juez considera que "hay indicios racionales de criminalidad" por la comisión de "un delito contra la integridad moral de siete niños". Entre las grabaciones también se encuentra: "No se puede ser tan inútil. Lo que hace es el gilipollas. ¿A que sí? ¿Te haces el tonto del culo? Pues más tonta del culo voy a ser yo contigo. ¡Te voy a amargar la vida!".

Por estos hechos, ambas profesoras tendrán que sentarse en el banquillo. La Fiscalía solicita para cada una dos años de cárcel, mientras que las familias elevan la petición a entre tres y cuatro años de prisión. Además, reclaman una indemnización de entre 20.000 y 30.000 euros por el daño psicológico.

Señalan como responsable civil subsidiario al centro educativo. En caso de condena deberá hacer frente también a una compensación económica, según se indica en el sumario.

Ansiedad y vómitos

Los episodios de ansiedad, los vómitos recurrentes y las negativas constantes para ir al colegio alertaron a unos padres de que algo iba mal. Los informes psicológicos aportados por los padres lo avalan.

Las dos profesoras pelean por invalidar los audios. Entienden que las grabaciones se obtuvieron de manera "ilegal" y "subrepticia". Acusan a los padres que ocultaron el micrófono de cometer un delito de revelación de secretos.

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