El Liverpool ha caído en su visita a Stamford Bridge ante el Chelsea, y tendrá que jugarse en la última jornada la clasificación para la próxima edición de la Liga de Campeones. Es el único compromiso que le queda al equipo red hasta que se dispute la final ante el Real Madrid, si bien es cierto que la derrota ante el equipo blue obliga a obtener un buen resultado en la última jornada frente al Brighton para regresar a la máxima competición continental.

El Real Madrid sólo tiene en juego en estos últimos encuentros alcanzar la segunda plaza, algo que puede considerarse irrelevante teniendo en cuenta que el gran objetivo del curso es ganar la Liga de Campeones. El Liverpool, después de perder en Stamford Bridge, queda con 72 puntos y un partido por disputar. El Tottenham, un puesto por debajo, tiene 71 puntos y dos partidos por jugar, mientras que el Chelsea, que es quinto, tiene 69 puntos y dos partidos por delante.

Al Liverpool le valdría con ganar para estar en la Champions, aunque un empate y dos triunfos del Chelsea le pueden dejar sin la cuarta plaza, y también el improbable caso de que ambos conjuntos ganen todo y el cuadro blue remonte los 15 goles que en este momento tienen de ventaja los de Klopp. Esto contando con que el Tottenham, que también entra en la ecuación, supere en puntos al cuadro red, ya que de no ser así el rival blanco en Ucrania ya estaría en la próxima Champions.

El Liverpool sólo jugará un partido de aquí a Kiev. Evidentemente haber pinchado en Londres supone que sea un encuentro con gran exigencia, pero después de eso tendrá descanso total hasta la final de Champions. El Real Madrid, por su parte, y a pesar de que no tenga nada en juego, tendrá que disputar, después del clásico, tres partidos; ante Sevilla, Celta y Villarreal. Situaciones radicalmente distintas para uno y otro, si bien es cierto que Zidane podrá rotar como le convenga, ya que sólo tiene en juego un, dadas las circunstancias, intrascendente segundo puesto.